Tag Archives: NCI2012

Los códigos de buen gobierno deben estar basados en principios y dirigidos por los Stakeholders

14 May

La respuesta de los gobiernos a la crisis financiera ha sido un llamamiento al incremento de la regulación. Sin embargo, según los entrevistados, los cambios en los mecanismos del mercado tienen más importancia y un efecto más duradero en el comportamiento corporativo que la que tienen los cambios en la regulación (conforme disminuye la regulación, aumenta la creatividad). Al referirse a los cambios en los mecanismos centran su atención en la forma de incentivar la innovación y de promover  “la capacidad de elección de los stakeholders,”  dándole responsabilidad  sobre sus opciones.

“When developing and implementing global standards, regulations, and oversight, one should not ignore cultural background and history.” – Masayasu Uno, Board of Corporate Auditors, Daito Construction and Trust.

Una aproximación de gobierno basada en principios y dirigida por los stakeholders de la empresa, se alcanza implementando guías de actuación de los directores de gobierno acordes con el principio de “aplicar o explicar”, teniendo esto una mayor mayor oportunidad de prosperar normalmente que una dura aproximación legislativa. Esto proporciona a los stakeholders la libertad de dar una recomendación de forma diferente, o aplicar otra práctica (respecto a la explicada por los directores de la empresa), si consideran que es lo que más interesa a la organización. Pero deberán explicar el alejamiento de la recomendación.

Para reforzar la cultura y los comportamientos necesarios para un buen gobierno, el consejo de directores debería comprobar de forma rutinaria sus propias acciones. En particular, los entrevistados esperaban que los consejos asegurasen que eran lo suficientemente independientes, competentes, y centrados en el desempeño organizacional sostenible (posible existencia de conflicto de intereses entre las dos partes interesadas, directivos y los diferentes stakeholders de la empresa)

Además, los entrevistados estaban de acuerdo que las revelaciones del gobierno muestran el actual desempeño de la organización, más que con las políticas y principios de gobierno (otorgan a la organización mayor libertad de acción y flexibilidad)

La politización de las cajas de ahorro y su repercusión

27 Abr

Con la llegada de la democracia, el gobierno de transición de Adolfo Suárez y su Ministro de Economía, Enrique Fuentes Quintana, llevó a cabo una reforma liberalizadora con el objetivo de abrir el sistema financiero español al mercado internacional de capitales. Posteriormente, en 1985, el gobierno socialista de Felipe González, introdujo una ley cuyo fin era adaptar el panorama financiero a la nueva realidad existente en el sistema crediticio, un contexto en el que se habían dado competencias a las comunidades autónomas a través de sus respectivos estatutos de autonomía.

Esta reforma, permitió la entrada en los órganos de gobierno de las entidades representantes de corporaciones locales, en donde la entidad tuviera determinada presencia en forma, por ejemplo, de oficinas. Y es esta reforma la que, desde mi punto de vista crítico, ha permitido en cierta manera una mayor exposición a la crisis económica actual de las cajas de ahorro.

Un artículo publicado en el año 2009 por el diario «20 minutos´´ nos mostraba que, un 34 % de los miembros de los consejos de administración son nombrados por políticos de corporaciones locales. ¿Por qué las cajas tienen más morosidad que los bancos? ¿Por qué contaban con 9.000 oficinas más que los bancos pero casi la misma cuota de mercado que sus competidores? En definitiva, ¿por qué es un sector más débil?

Una vez hecha una exposición de hechos y de datos relevantes, profundizo en la posible causa, a mi parecer, de una mala gestión de una entidad. En primer lugar, decir que en la actualidad, a causa de la difícil situación coyuntural y de las pocas oportunidades de empleo, los jóvenes y no tan jóvenes, están dedicando esfuerzos económicos y personales en incorporar más formación a su currículum; sin embargo, me llama la atención cuando, indagando, obtengo como resultado en un estudio que de los actuales gestores de cajas de ahorro poco más del 30 % poseen estudios de máster o doctorado (u otro estudio posterior a la licenciatura); solo un 50 % de éstos habían tenido experiencia bancaria previa y la mitad ha ocupado cargos políticos con anterioridad.

Gestionar entidades financieras, es un duro trabajo que requiere experiencia para entender la política de créditos, provisiones, riesgos y diversificación del negocio. Muchas cajas, como por ejemplo CCM, Cajasur, CAM, Caixagalicia, Caixanova causan un claro efecto en la sociedad, perjudicando notablemente a la misma. Las consecuencias de dichos efectos se ve reflejado fundamentalmente a través de dinero público utilizado para compensar el resultado de una mala gestión empresarial. Todo ese dinero utilizado para no hundir el sistema financiero español sería bueno disponerlo hoy en día, ante el ajuste presupuestario actual al que se enfrenta el gobierno de 85.000 millones de €.

A pesar de toda esta crítica, quiero destacar que no todas las cajas presentes en territorio español, son gestionadas deficientemente. El caso más claro, es el caso de La Caixa, gestionada en la última década por Isidre Fainé. Esta caja es ejemplo claro de buena gestión, obteniendo incluso mejores resultados que algunos grandes bancos (core capital, liquidez, solvencia, endeudamiento, exposición al sector inmobiliario..)

Y..¿qué nos queda para el futuro? Esa mala gestión ha dado lugar al florecimiento de los llamados activos tóxicos en las entidades bancarias. La estrategia a llevar por parte tanto del gobierno entrante como saliente, ha sido la del saneamiento de dichos activos, a través del mecanismo de las provisiones. Dejo caer una idea.. dicho elemento es deducible de la cuenta de resultados de las empresas en el pago del impuesto de sociedades. Se calcula que tendrán que ser dotados más de 100.000 millones en dicho concepto; multiplique y obtendrán la cantidad de dinero no recaudada que, por cierto, no nos vendría nada mal ahora ante la que se avecina.